El cerebro es el centro de control del cuerpo humano: “Se encarga de múltiples y diferentes acciones, tanto conscientes como no conscientes, lo cual nos permite responder a un mundo en continuo cambio y que demanda respuestas rápidas y precisas”.
Nuestro cerebro es responsable de:
- Regular el funcionamiento de todos los órganos; así como los pensamientos, el habla, los movimientos, el sueño, el hambre, la sed y casi todas las actividades necesarias para la supervivencia.
- Ayudarnos a sentir todas las emociones: amor, miedo, odio, alegría, etcétera.
- Recibir e interpretar señales que se envían desde el organismo y las del mundo exterior, que llegan al cerebro por medio de nuestros sentidos.
- Llevar a cabo funciones mentales como la cognición, la memoria y el aprendizaje.
Hidrata tu cerebro: bebe lo suficiente
El agua es el principal componente del cerebro, y es indispensable para su buen funcionamiento: ayuda a mejorar la retención de información (memoria) y permite no sólo la circulación de los nutrientes, en especial la glucosa, sino también la eliminación de sustancias inútiles.
La sed es una sensación imprecisa: son muchas las personas que tienen dificultades para identificarla. Precisamente por ese motivo es que se debe beber algo antes de tener sed.
El agua es muy importante para los músculos, pero también para los tejidos nerviosos y cerebrales. Una ligera deshidratación puede provocar dolores de cabeza, sensación de confusión o pérdida de equilibrio: el cerebro debe estar perfectamente hidratado para funcionar de forma óptima.
Nuestras necesidades diarias son de 2.5 litros de agua. Una parte (alrededor de 1 litro) la recibimos de lo que comemos: las frutas y verduras, así como la carne, el pescado y los lácteos, contienen entre 75 y 95 por ciento de agua. El resto de los aportes (es decir, 1.5 l) deben cubrirse con bebidas (agua, té, café, jugos de frutas, caldos).
La temperatura ambiente y la actividad física influyen también en nuestra falta de agua, y se pueden requerir hasta 3 litros cuando hace mucho calor. Si no deseas agua, compensa con bebidas calientes, especialmente sin azúcar: tisanas, té verde, y café ligero o descafeinado. Intenta aromatizar el agua con un poco de jugo de limón o naranja o unas gotas de esencia de vainilla; luego refrigérala. En cuanto al agua gasificada, a menudo es rica en minerales, como calcio y magnesio, lo que representa un pequeño aporte para el equilibrio corporal.
Trucos para garantizar que tomas la cantidad de agua que necesitas
- Pon alarmas en tu teléfono para recordarte que debes beber.
- Con un marcador permanente, traza niveles de agua y plazos específicos para alcanzarlos en tu botella.
- Refrigérala. Aunque las preferencias de temperatura varían de persona a persona, es probable que bebas más agua si está fría, según la maestra Joanne Larsen, nutrióloga de Denver y creadora del sitio web de nutrición Ask the Dietitian (dietitian.com).
- Toma un vaso antes de comer. Si te hartas de la típica H₂0, realza tu experiencia de hidratación con una pócima espumosa o saborizada. El agua con burbujas ofrece los mismos beneficios que la normal y la fruta le da sabor (aléjate del agua tónica, que contiene sodio y azúcar añadidos). También puedes comer frutas y verduras con alto contenido de agua, como sandía, pepinos, tomates, uvas y cerezas.
Líquido vital
Como puedes ver, el agua es esencial para las funciones básicas del cuerpo, así como para el trabajo y funcionamiento de tu cerebro. “Si tienes la mente confusa o sientes cierta irritabilidad, quizá tengas sed. La deshidratación puede hacernos sentir desganados y letárgicos, además de provocar problemas de concentración. Para hidratarte correctamente, consume 2 litros de agua y otras bebidas a lo largo del día y no esperes a tener sed para beber. La sed es un síntoma de deshidratación. Beber líquidos a lo largo del día hidrata mejor que consumirlos todos al mismo tiempo”, comenta la nutrióloga García Schinkel.
Es importante que sepas que tu cerebro depende en gran medida de los fluidos; las sinapsis y las neuronas necesitan líquido para conectarse adecuadamente. Según una revisión publicada en la revista Nutrients, los estudios han revelado una y otra vez que la memoria y la atención de los niños mejora tras beber agua.
La importancia de purificar
Asegurar la calidad del agua a través de diversos procesos de purificación, es vital para la salud de la población. Deben realizarse procesos exhaustivos para garantizar que no existan indicios de enfermedades como la salmonela, hepatitis e incluso polio (a través de la contaminación fecal)”.
El Agua Purificada Pascual es un producto que ha sido sometido a 6 tratamientos rigurosos para obtener una bebida con la más alta calidad según las normatividades de la Secretaria de Salud:
- Desinfección
- Filtración
- Dealcalización
- Purificación
- Osmosis Inversa
- Plata Iónica